martes, 23 de septiembre de 2008

“LOS MODELOS EDUCATIVIOS COMO BASE PARA LA MEJORA DE LA CALIDAD DE LA EDUCACIÓN”

En el siguiente ensayo se exponen los distintos modelos educativos que existen con base en la mejora de una educación, esto es, una educación con calidad, un buen sistema educativo, un buen proceso o metodologías a seguir y un adecuado comportamiento tanto del alumno como del profesor. Es muy importante conocerlos pues nosotros como futuros pedagogos necesitamos saber cómo aprender los alumnos, qué necesidades tienen los estudiantes y cuál sería el método más adecuado y flexible aplicar para llevar a cabo un buen proceso de enseñanza-aprendizaje.
Cabe mencionar que en la actualidad existe una gran sociedad pluralista, en relación con la cultura, creencias, conocimientos, religión, nivel económico, entre otros, por lo que es un poco compleja la utilización de un modelo educativo y sobre todo adecuarlo a las capacidades y habilidades de los educandos.
Para entender los problemas que afrontan la educación contemporánea hay que considerar los cuatro modelos educativos que nos menciona Esteve y que en los siguientes apartados explicaré con más detalle.
El primero de estos modelos es el de la educación como molde, el cual “consiste en que las generaciones adultas tienen el derecho natural a definir las metas, los objetivos y los conceptos que deben ser asimilados por las generaciones jóvenes” (Esteve: 2003).
Nos quiere decir que las nuevas generaciones se deben dejar moldear, aceptando la experiencia de los adultos. También plantea un problema educativo: la transición desde la tutela del adulto hasta la adopción de decisiones propias, que son las que marcan el desarrollo de la autonomía moral. Así, se suele confundir "el uso de razón", que debería implicar la autonomía verbal -capacidad de tomar decisiones por sí mismo-, con el verbalismo externo, es decir, con la repetición verbal de las respuestas que les han inculcado los adultos. En este modelo, la aparición de desviaciones sobre la conducta prevista lleva al educador a considerar que está fracasando en su labor de alfarero y que debe corregir con algún tipo de castigo. El castigo, sólo se aplica cuando ya se ha manifestado la conducta que el adulto considera incorrecta, lo cual lleva al educador a intervenir siempre de forma autoritaria y represiva. Este es un modelo que está en retroceso pero que aún en algunos lugares se sigue practicando, aunque ya no está permitida la violencia en las escuelas, hay docentes que maltratan a sus alumnos, y esto ya no sólo se da en las zonas rurales sino en la ciudad también.
El segundo modelo es el de la educación como enseñanza. Con la cobertura intelectual de actuar por respeto a la diversidad de sus alumnos, algunos profesores consideran que su responsabilidad debe limitarse a la enseñanza de las materias de estudio. Desde estos planteamientos, algunos profesores y los centros de enseñanza no deben entrar en el terreno de los controvertidos valores morales. Así pues, el profesor de matemáticas sólo debe enseñar matemáticas, agotando su responsabilidad en el ámbito del aula y en el marco de su materia de enseñanza.
Aplicar este modelo, genera en los alumnos un alto nivel de conocimientos, la reducción de la educación a la enseñanza de contenidos intelectuales plantea graves problemas sociales a medio plazo, sobre todo sumada a la inhibición educativa de las familias. Este modelo no implica la enseñanza y práctica de los valores, de las normas y actitudes humanistas y creo que una buena educación además de transmitir aspectos cognitivos también se deben manejar los éticos, morales y sociales.
El tercer modelo es el de la educación como libre desarrollo. Se extiende la idea de que la intervención del adulto no supone más que una insoportable coerción que limita el libre desarrollo de la libertad y la creatividad del niño. Esta generación de padres había sufrido en su infancia las penurias económicas propias de la época, encontrándose ahora por efecto del desarrollo económico en disposición de dar a sus hijos muchas cosas que ellos no pudieron tener. Este modelo elaboró la idea del libre desarrollo, según el cual el niño debe ir descubriendo el mundo por sí mismo y elaborando sus propias ideas de los valores y de las normas sociales y morales lejos de cualquier intervención de los adultos, ya que ésta sólo puede suponer una coerción de la inagotable creatividad infantil. Pero también supone dejar al niño que se enfrente al mundo sin ayuda y se le obliga a solucionar problemas que aún no es capaz de resolver, generando un sentimiento de inseguridad.
Y el cuarto modelo es el de la educación como iniciación, donde el buen maestro es un guía que ayuda a los demás a prescindir de sus servicios. Se plantea entonces el dilema de cómo enfocar la intervención del adulto sin que ésta suponga, de nuevo, la imposición de los valores adultos. Según éste modelo, los educadores tenemos el deber de iniciar a los alumnos en aquellos valores, actitudes y conocimientos que descubierto como valiosos. Se rechaza que, como educadores impongamos lo que nuestros alumnos o nuestros hijos tienen que pensar, lo que tienen que creer o lo que tienen que hacer, pero se nos plantea el deber de iniciarles en los valores que a lo largo de nuestras experiencias personales y colectivas hemos descubierto como importantes. Estoy de acuerdo con éste modelo y sé que es un modelo ejemplar y que al poner en práctica si se desarrollará adecuadamente el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Otro de los modelos que analizamos es el constructivismo, el cual nos da a conocer que el alumno construye su propio proceso de aprendizaje, crea sus propios conocimientos, con la ayuda y orientación del docente, pues “el papel del profesor es guiar y orientar la actividad mental constructiva de los alumnos hacia la asimilación significativa de los contenidos escolares” (Coll: 1990). También en ésta concepción constructivista se apuntan tres fuentes principales de influencia educativa: la que tiene su origen en el profesor interactuando éste con sus alumnos; la que tiene su origen en los compañeros interactuando los alumnos entre sí y la que tiene su origen en la organización y funcionamiento de la institución escolar.
Finalmente concluyo este ensayo mencionando que desde el pasado hasta la actualidad han surgido varios modelos educativos y que aunque no sean los más adecuados y buenos para los alumnos se siguen practicando, pero también cabe destacar que unos se complementan con otros y que no sólo debemos utilizar el mismo método sino que debemos hacer buen uso de los distintos modelos que existen o métodos y estrategias, que ayudarán tanto para la enseñanza del profesor como del aprendizaje del alumno. También el modelo constructivista es muy bueno pero no hay que dejar sólo al alumno y dejarlo caer en la desesperación e inseguridad, así que se le debe guiar, orientar y facilitar dicho proceso educativo. Haciendo buen uso de un modelo educativo apoyándose de otros sería una buena opción para un buen proceso enseñanza-aprendizaje.
BIBLIOGRAFÍA:
  • ESTEVE, J. M. (2003). "La tercera revolución educativa". Barcelona. Paidós.
  • COLL, C. (1997). ¿Qué es el constructivismo?. Argentina. Magisterios Rio de la Plata.

1 comentario:

R. R. dijo...

Te ves muuuuy bien como para tener miles de años jejeje Saludos!!!